lunes, 29 de marzo de 2010

El Encuentro.

Cuando reducimos todo en pocas palabras, logramos entender más de lo que pensamos. Entendemos que somos solo cuando logramos iluminar nuestro interior. Logrando resumir todo lo complicado en pocas palabras. Sonriendo con nosotros. Respirando. Sintiendo cada paso. Viendo a través de mi interior entiendo. Te entiendo. Me entiendo. Es allí donde logro verme, sentirme, donde me reflejo en vos. Esa imagen pura, donde la claridad abunda, donde el YO se encuentra conmigo, donde logro desterrar lo cultural, donde el espíritu ES. Es en esa porción de mí donde me siento YO. Aquel instante en el cual me identifico. Aquella mi verdadera identidad. El fiel reflejo del YO en mí. Donde la triangulación confluye. La mente, el cuerpo, el espíritu, siendo uno. Girando en un perfecto eje de armonía. Es cuando logro ver con ojos que no ven. No necesitan ver. Solo sienten. El perfecto momento donde todo es transparente. Donde la libertad se expresa. Aquel plano en el que los planos se conectan. A partir de allí entiendo. Porque siento.

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