Mate en mano voy, Madre del todo,
a tu encuentro. Entre senderos luminosos, rosas y blancos cantos. Luz que
encandila y guía. Amor materno, trascendental. Las aves me acompañan y vamos…
Cruzamos asperezas allanadas por
tu amor, ríos que dibujan siluetas en el camino, obras de arte del todo, elevo
la vista, sonrío, lleno de aire puro, estoy en el camino correcto, para mí. En
una pequeña roca descanso, para divisar lo maravilloso de esto y aquello. Pues
no hay sendero que lleve a donde ya estoy, sino vivir, acompañado, discriminado
de todos porque busco ser.
“Reconociéndote estas mi querido Rey Lennot”, entre un destello remata el caminante. "Pues en ti es donde encontraras vida, deseos, inspiración, amor. Aquel amor materno".
“Reconociéndote estas mi querido Rey Lennot”, entre un destello remata el caminante. "Pues en ti es donde encontraras vida, deseos, inspiración, amor. Aquel amor materno".
Sonriente Rey Lennot suspira “Hoy te conozco un poco más y un poco más me
desconozco, comienzo a ser y purgo”. Purga toda cadena mental de este
encuentro, único en lo interno, y así ver tu verdadera imagen reflejada en mí. Vuelta
al inicio, eterno comienzo.
Reconozco, me abrigo en ella y en
estos versos dialogo, conmigo… contigo, y así en este encuentro, nos encontramos
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