Hoy Rey Lennot irradia. Cada
minuto en ese constante presente pasa a capitalizarlo, por él, para él. Reconoce cada día más y así, entiende más al Caminante,
entiende porque quiere. La Luz del mundo baja y allí se reconoce, todo queda
expuesto, lo más y lo menos. Pero algo es cierto expresa, “Amo cada fibra en mí, pues mis errores no construyeron esto que soy,
hoy, no me definen, pues la perfección queda en la poesía, yo, vulnerable en
mi, por mí, me defino. Hoy abrazo la verdad, lo esencial, lo puro y
transparente… Abro canales, decodifico en mí, abrazo mis talentos y el motivo
de mi existir”.
Y así, entre líneas, Rey Lennot,
arquitecto de su mundo, construye puentes, canales pasan por encima y por
debajo, él navega en su barca, vacía de todo, pues lo esencial, mágico e
infinito es su único equipaje, HOY. Mañana… Dios sabrá y él dispuesto deberá
estar.
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