Ya no espera, porque ya lo vive
en él, donde siempre estuvo él. Escondido, agazapado, expectante. Iluminado en
su interior, descubre su valor, su confianza. Rey Lennot se acerca y ve de otra
forma al caminante, con más empatía. Más unión, como el maestro que es en ambos,
son el uno con el otro. Designios mágicos de un todo por conocer, el paralelo.
Allí donde todo nace, crece y se desarrolla. En la luz, afinada como orquesta
funciona la existencia del todo, sutil, clara, verdadera. REAL.
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